domingo, 24 de septiembre de 2017

EL NAZISMO EN GALICIA

La casa del nazi
Xabier Quiroga
Ediciones B, (sello de Penguin Radom House) Barcelona 2017, 632 páginas.

   
   La casa del nazi es el título de la traducción al español de la novela de Xabier Quiroga, Izan o da saca que vio la luz hace aproximadamente tres años en gallego. Era la sexta incursión en la narrativa de Xabier Quiroga. Fue en el año 2002 cuando Xabier Quiroga (Saviñao, Lugo, 1961) debutó en la ficción novelesca con otra obra en gallego, Atuado na braña. Desde entonces, otras cinco piezas ficcionales muestran el aliento narrativo de un autor enteramente ajeno a todos los montajes que se suelen inventar alrededor de las creaciones literarias. Su última obra, con un título extraño en la edición original gallega -no así en la española-, cuyo significado descubre el lector en el desenlace de la novela.
   El núcleo e impulso temático de la novela es la presencia de los nazis en Galicia, antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial: el desfile de la Legión Cóndor por las calles de Vigo, el control alemán de las minas de wolframio, las torres de comunicación instaladas en Cospeito (Lugo), los puertos de las costas gallegas que abastecían de combustible o ofrecían sus instalaciones para reparar los submarinos U-boot. Y de forma muy especial, el espionaje y la organización que el nazismo montó en Galicia y que servirán de centros de acogida para la huida (“Ruta de las Ratas” o “Ruta de los monasterios”) de muchos nazis importantes tras la derrota del Tercer Reich.
   La novela es una exploración en lo más oculto del nazismo en el territorio gallego. Una inmersión que el autor desarrolla con una amalgama de novela negra y novela histórica, y cuyo resultado será el descubrimiento de la inmensa miscelánea del nazismo en Galicia. El hilo conductor del relato es la enredada investigación que Pepe, alias Reina o Reiniña, un taxista que ejerce de detective yendo por libre, con la ayuda de la joven Lelia, una hábil lectora y colaboradora, realiza por encargo de un conocido y astuto político y empresario gallego que pretende eliminar las basuras de su pasado, ya que un desconocido universitario incluye su nombre en una investigación sobre los nazis. Da comienzo así una trepidante investigación que se desarropa  sobre todo en la comarca de la Ribeira Sacra, con especial relevancia del Monasterio de Samos y sus pasadizos y refugios clandestinos.
   La casa del nazi está construida con una arquitectura compleja, no tan fácilmente habitable por el lector como algunas de las novelas anteriores del escritor. En el relato confluyen diversos materiales, teselas que el autor quiere hacer encajar en su puzle o mosaico narrativo. Una aleación compositiva no demasiado fácil que se presta a que el lector muchas veces no la comprenda comprenda; si bien en el desenlace descubrirá el sentido de la misma. Secuencias, “En el oscuro” con tonalidad poética que se reiteran a lo largo del libro; relatos “Galicia, N.O de la península Ibérica” que, desde noviembre de 1935 hasta octubre de 1948, recuperan las situaciones de violencia, atropello y vejación que vivieron en esos años lo que fueron fieles a la República; la anotaciones de personajes singulares… todos ellos, elementos narrativos y piezas de este mosaico narrativo que muestran hechos históricos y que acompañan al hilo conductor principal: la investigación de Reina, una historia de violencia y de violaciones, y otra de amor y de fidelidad.
   
                                        
Xabier Quiroga

   Entronque pues de memoria, imaginación, magia como verbaliza Reina en una de sus múltiples reflexiones. Reflexiones muy abundantes que, en mi opinión constituyen la principal traba de la novela: sobreabundancia de secuencias digresivas que en más de una ocasión, por ejemplo: cómo hacen el amor las mujeres o las críticas al movimiento 15 M, sobran y no vienen al caso. La novela aporta así mismo referencias a la crisis actual (las preferentes, los desahucios, entre otras), así como no pocas chanzas  y bromas, mucho humor y retranca que contribuyen a configurar una lengua que se nutre en buena medida de la oralidad, y refleja una Galicia real, sobre todo la rural, apegada a las costumbres de siempre.


Francisco Martínez Bouzas

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